En la antigüedad el hombre se proponía
como objetivo principal conocer la naturaleza; en la modernidad dicha
intención fue cambiando hacia la voluntad de dominarla y actualmente la
tecnociencia siendo un sistema de acciones eficientes cuya base es el
conocimiento científico modifica al mundo no abarcando solamente la naturaleza
sino a la sociedad y a los seres humanos, transformándolos. Si los seres
humanos explotamos la naturaleza y nos volvemos especuladores con la vida ¿qué
calidad de vida tendremos?, es más ¿será posible la vida?. Antes el saber
científico buscaba la verdad, actualmente a partir de la relación con el
capital, la ciencia se integra en la lógica capitalista de maximizar ganancias
al menor costo, es decir, la ciencia deviene una fuerza de producción
más, un momento en la circulación del capital, como señala Hacking: “Gran
parte de la ciencia normal es aplicación tecnológica”.
A
partir del auge científico y tecnológico en el siglo pasado surgieron
reflexiones críticas sobre la ciencia y la tecnología desde diferentes
perspectivas: económicas, ecológicas, sociológicas, políticas, etc. Estas
reflexiones se preocuparon por las consecuencias ambientales negativas de
determinados experimentos científicos; los problemas éticos aparejados por
ciertas líneas de investigación tales como la biotecnología, la
sociotecnología, la clonación, etc.; la dependencia económica y tecnológica a
las que son sometidos los países subdesarrollados así como la función
ideológica y de control social que desempeñan algunas teorías. Según Echeverría
con estas reflexiones surge otra corriente de pensamiento que podría
denominarse “filosofía crítica de la ciencia y la tecnología”.
La tecnología se ocupa de la acción
humana sobre cosas y personas dando poder sobre cosas y seres humanos, y no
todo poder es bueno para todos. La creación de riqueza puede tener efectos
negativos. Los riesgos ecológicos, nucleares, químicos y genéticos, muchas
veces intangibles y globales, acompañan a los beneficios del desarrollo y
afectan a la sociedad moderna
Resulta obvio que los avances tecnológicos
permiten a la humanidad progresos irrenunciables, pero debemos tener en cuenta
los precios a pagar y reflexionar si podemos evitar efectos negativos.
La tecnociencia es un instrumento de
dominio y transformación de la naturaleza y de la sociedad por eso de ella se
espera un avance en el control de la naturaleza, una mejora en la calidad de
vida, sin embargo parece beneficiar sólo a determinados grupos sociales. De
suerte que es el deseo de enriquecimiento y poder, más que el de saber, el
que hoy impone a la ciencia y a la técnica el imperativo de mejorar sus
actuaciones y la realización de sus productos. Dejando de lado las
razones humanitarias se le da al desarrollo de la ciencia un sentido a favor
del incremento del poder económico y político.
Hay una preocupación por los sin
voz, pero que se verán afectados por los resultados del cambio técnico. Es
importante dar cuenta de las decisiones que se adoptan y cómo se adoptan, pero
también del "programa oculto" que influye en tales decisiones, y que
nunca se hace explícito. Se trataría de desvelar intereses y procesos sociales
más profundos que pueden estar en la base de las elecciones sociales de la
tecnología.
Aceptar acríticamente la tecnología
implica un contrato social implícito cuyas condiciones sólo advertimos a menudo
mucho después de concretarlo permitiendo que se vayan remodelando las
condiciones de vida humanas de modos no deseados y con consecuencias negativas
para amplias capas de la población y para el futuro del planeta. Lo que pareciera
ser elecciones meramente técnicas son en realidad opciones hacia formas de vida
social y política que van construyendo a la sociedad y configurando a las
personas, sin plantearse un momento valorativo y reflexivo que introduzca
cuestiones sobre las posibilidades de crecimiento de la libertad humana, de la
creatividad o de otros valores. No aceptemos vivir encadenados como los
prisioneros en la caverna de Platón, rompamos las cadenas pensando críticamente
qué sociedad tenemos y qué sociedad queremos. No debemos caer en un
“tecnofanatismo” siendo acríticos considerando que el progreso
tecnológico traerá progreso económico y por ende social, creyendo que la
tecnología es un futuro de promesas que se expandirá a todos los
seres humanos; tampoco debemos quedarnos con las visiones “tecnofóbicas”,
considerando a la ciencia y a la tecnología como una amenaza para el orden
social, donde se le atribuye a la tecnología la causa de todos los
males. Ambos son dos caras de la misma moneda donde la tecnología ocupa
un lugar central y un rol determinante. Desde la educación se puede contribuir
a desmitificar la tecnología contrarrestando alguno de los riesgos que suele
traer y para ello hay que conocerla pero no sólo en su aspecto funcional, sino
también en el impacto que causa.
Si bien pensamos que La ciencia y la
tecnología se han convertido en recursos estratégicos políticos y económicos
tanto para los Estados como para las industrias, no podemos desconocer que el
desarrollo tecnocientífico puede aportar ventajas al bienestar de la
sociedad, habría igualmente que tomar conciencia de que el cambio tecnológico
está en la base de muchos de los problemas ambientales y sociales. Como dice
Galeano en su libro “Patas para arriba. La escuela del mundo al revés”:
“En América Latina mueren veintidós hectáreas de bosque por minuto,
en su mayoría sacrificadas por las empresas que producen carne o madera, en
gran escala, para el consumo ajeno ...” “...La diversidad tecnológica dice ser
diversidad democrática. La tecnología pone la imagen la palabra y la música al
alcance de todos, como nunca antes había ocurrido en la historia humana,
pero esta maravilla puede convertirse en un engaña pichanga si el monopolio
privado por imponer la dictadura de la imagen única, la palabra única y la
música única. (...) Como dice el periodista argentino Ezequiel Fernández
Moores, a propósito de la información: “Estamos informados de todo, pero no nos
enteramos de nada”.
Irremediablemente, la ciencia y la
tecnología se han politizado y vuelto más complejas, y su imagen benefactora ya
no se debe dar por supuesta, ni sus practicantes pueden pretender mantener su
estatuto tradicional en la sociedad.
Además de los riesgos, el desarrollo
aporta nuevas formas de relación y nuevos valores. No podemos concluir que la
tecnología sea buena, mala o neutra. Dependerá de la responsabilidad en el uso
y del análisis preventivo de las consecuencias antes de tomar las decisiones.
En una nota publicada en el diario Clarín Daniel Filmus afirma: “Una
educación que forme ciudadanos
participativos y solidarios, que
utilicen críticamente las nuevas tecnologías, ayudará a la construcción de una
sociedad más justa, humana y sin exclusiones”. Una vez más, el papel de la
educación es vital. Y aunque parezca sólo un deseo o un sueño recordemos las
palabras de Eduardo Galeano: “?Qué tal si empezamos a ejercer el jamás
proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a
clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible…”1
MI OPINIÓN
Este texto me parece adecuado para este trabajo ya que informa y propone solución además da un punto de vista que lo reconozco ya que yo pienso igual que es que la tecnología como tal está llena de recursos que sirven pero algunas personas la usan como una mala herramienta montando paginas porno y basura en la Internet pero esto no es todo el hombre piensa que usan muy bien la tecnología pero no la aplican algunas veces en lugares donde serían más útiles por ejemplo colegios, bibliotecas, deportes y de más, y lo que dice al comienzo del texto citado que es "En la antigüedad el hombre se proponía como objetivo principal conocer la naturaleza; en la modernidad dicha intención fue cambiando hacia la voluntad de dominarle y actualmente la tecno ciencia siendo un sistema de acciones eficientes cuya base es el conocimiento científico modifica al mundo no abarcando solamente la naturaleza sino a la sociedad “esto da el resultado a un proceso de los seres humanos de cambiar la naturaleza por tecnología por ejemplo la gente ya no camina anda en carro tampoco busca entender la vida y la religión (en algunas personas) si no buscan crear y crear maquinas que mejoren la vida diaria obvio que no está mal pero en algunos casos se exceden y lo único para ellos es la tecnología aquellos son los des adaptados sociales que se llaman así gracias a no tener una vida social que significa no tener amigos, no salir a jugar, no0 hacer deporte y lo que implica la sociedad esto es un excesivo más uso pero algunas familias han aprovechado la tecnología sin perder de vista la naturaleza, religión y vida.
